Smoke Party Mari

Por María Xavier Gutiérrez

Nos reunimos para celebrar mis 42 años y yo que generalmente he estado dentro del marco de lo correcto y lo aburrido se me ocurrió empujar un poco mis límites y festejarlo fumando mariguana.  Quizá a varios este tema les cause repelo y quizá para otros sea una práctica frecuente, sin embargo para mí se trató de dejar de ser María Xavier por un rato.

Cuando comenté la idea a las muchachas tres semanas atrás a todas les brilló la cara! Fue una invitación a transgredir un poco las normas, creaba complicidad, era como haberlas invitado a escaparnos del colegio una hora antes de la salida, fue como despertar a las niñas que llevamos dentro, la que nos permite deslumbrarnos con lo atrevido, con lo prohibido, con lo nuevo.

Entonces las constelaciones y la luna que arman los destinos nos juntaron, éramos  siete cómplices compartiendo en un tipo de intimidad que viven las hermanas. La más experta nos explico el ritual, comenzamos a rotarlo, aguantamos el humo lo más posible y lo soltamos. Yo la había probado en 1991 y no obtuve ningún efecto. En esta ocasión el efecto comenzó a los pocos minutos, eeeera…. coooomo estar preeeseeeente, pero  mas leeento. Era como estar en serenidad, como tener los sentidos acolchonados, recuerdo sentirme bien y con buen espíritu, era como estar despojada de sentimientos innecesarios, quizá estar meditando? Recuerdo total armonía.

Había escuchado de experiencias paranoicas, de bajones de presión, de alucinaciones. Imagino que eso depende de la cantidad y también de la  seguridad que sentís al experimentar, si sentís que es indebido te va a dar culpabilidad. Yo la probé sin prejuicios y como no le veo nada malo pues para mí el evento fue positivo.

En mis cómplices el efecto fue desde la total tranquilidad hasta algo de hiperactividad, con los clásicos episodios de risas incontrolables y la narración de historias variadas que solo se sueltan en el abrazo de la confianza.

Pasadas unas dos horas se disipó el efecto, para entonces mis sentidos hicieron polo a tierra, -qué lástima, pensé-. Al siguiente día me levanté excelente, sin ningún malestar físico, ni pesadez en la cabeza. Comparado con el cigarro y el licor, creo que la mariguana es noble, por ello tiene mucho uso medicinal y si pensamos que fue prohibida tan solo a mediados del siglo pasado nos damos cuenta que se trata de un blof comercial y político, responsable de hacernos ver demonios en cada esquina.

Estoy narrando cosas que miles de personas acostumbran a experimentar, -no es nada nuevo,- pero para mí sí lo fue porque empujé un poco mis límites, mis amigas también lo hicieron, y al final del cuento desde ese día he pensado mucho en ello, que lo principal en la vida es extender nuestros límites, intentar con actitudes que renueven nuestras creencias, prácticas, espacios, compromisos, derribar mitos y prejuicios que nos apresan en la monotonía y rigidez.

Esto me hace recordar la película Contact de 1997, con Jodie Foster, la escena cuando ella va hacia el espacio en una nave diseñada por extraterrestres –y construida por los humanos- . Ella va sentada en una silla con cinturones de seguridad, la nave sacude tanto a Jodie que ella se libera de los cinturones y queda flotando, sin gravedad, pero en paz. Aca el link de esa escena: http://www.youtube.com/watch?v=scBY3cVyeyA

Salir de la silla es como empujar nuestros límites, puede significar sonreír mas, ser solidarios, eliminar un prejuicio, aceptar críticas, desarrollar un pasatiempo, jugar más con los niños, dejar de fumar, emprender una idea de negocio, –o simplemente, hoy decir te quiero-.

Mi papa nunca ha sido tan expresivo, ni es un bailarín, ha dedicado su vida a la contabilidad y a la administración, sin embargo me ha enseñado que él puede empujar  sus límites. Hace unos años inició un pasatiempo fantástico, volar aviones a control remoto! Se ha integrado en un club de personas con el mismo interés y además se ha aventurado a construir un avión él mismo. Yo que pensaba que el arte me venía del lado de mi madre, sin duda él me ha dado una bonita  lección.

En estos días quiero mover mis límites de forma modesta, deseo aprender a pararme de cabeza en mi práctica de yoga. Lo he pospuesto por mucho tiempo porque tiendo a perder mi centro…  quizá estoy desequilibrada. Experimentaré un poco en cada sesión, un nivel a la vez. Ver el mundo de cabeza sin duda debe ser una excelente experiencia, mejor que fumar mariguana.