Por María Xavier Gutiérrez
Algunas veces mientras espero sentada ser atendida, me da por observar a los otros que esperan al lado mío. Veo sus zapatos y puedo adivinar de dónde vienen, en qué trabajan, su postura corporal dice si es relajado o recatado, el grado de vanidad lo adivino viendo sus manos, uñas y el pelo, todo se expresa. Me detengo en especial en sus bolsos, cartapacios o mochilas, porque me parecen cuevas de gran interés, imagino lo que llevan por dentro y de seguro no acierto ni en centímetros a la realidad.
Los bolsos son extensiones de nosotros mismos, nadie abre un bolso ajeno, hacerlo sería como levantarle la falda a una mujer o tocarle la cara a un hombre, simplemente eso no se hace porque viola nuestro metro de espacio privado, nuestra zona de intimidad. Hay una frontera tácita entre nosotros y el bolso del vecino. Un bolso es parte del universo nuestro, aunque lo llenemos de cosas cotidianas y de forma rutinaria, aunque lo hagamos sin pensar, allí por dentro, vamos nosotros.
Para mis colegas mujeres el bolso tiene un significado especial, este debe gustar mucho para andarlo colgado, algunas gastan fortunas en carteras de diseño, otras son más sport, suelen ser espaciosos, en mi experiencia entre más grande, más le echamos, la cosa es andarlo rellenito porque nos gusta proveer soluciones prácticas cuando alguien nos pregunta si andamos aguja e hilo, desinfectante, lupa, pastillas, abanicos, corta uñas, limas, papel carbón o un snack. Es gracioso que la mayoría de nosotras ubicamos esos objetos en tiempo flash, sólo es meter la mano y listo, igual que el Capitán Cavernícola. (Ver vídeo al final)
Son tan grandes que podemos meternos dentro en un momento de necesidad, pueden ser un escudo, también caben nuestros pensamientos más feroces, ideas íntimas en forma de notas, caben secretos en forma de facturas o resultados de laboratorio, caben necesidades básicas en forma de alimento.
Para las mujeres es como un cuarto privado, portamos las cosas que creemos vamos a necesitar. Disculpen, dije «¿creer?», si analizamos el uso vemos que la mayoría de cosas que andamos no las usamos pero nos dan sensación de seguridad, algunas amigas llevan hasta navajas suizas y yo un tiempo llevaba gas pimienta, hasta que expiró.
¿Saben cuánto pesa uno de esos bolsos? Al menos entre 4 ó 6 libras ó más. Con ese peso la espalda y hombros sufren mucho, quizá exagero pero estamos hablando de un problema de salud pública!
Por otro lado me pregunto ¿para qué andamos tantas cosas, tanto peso encima? Es verdaderamente incómodo hacer fila en un banco con 4 libras en el hombro, hacer compras en el súper, ir al cine casi amerita una silla para el bolso, además hay que andarlo cuidando que no se lo roben, es como andar a cargo de una penitencia.
No me he librado de mi bolso pero últimamente me ha dado por micro carteras que uso cruzadas, llevo lo básico, dinero y teléfono, más algún otro detalle. También me parecen fantásticas las mochilitas porque dejan mis manos libres. Cuando llevo el bolso grande me acompañan cosas que nunca saco como espejitos y un pequeño jabón líquido, perfumitos y tonteras ocasionales.
¿Cómo sería ir sin bolsos? Las veces que lo he hecho me siento como colegiala, es la sensación de haber terminado mis deberes, de subirme en la ola que me toca sin intentar mangonear la situación, sin tener nada que cuidar. Puede parecer algo simple pero de verdad se siente sabroso.
Hice un sondeo entre varias mujeres urbanas y reportaron una lista inmensa de artículos curiosos que podemos hallar en sus bolsos, algunas son más prácticas que otras pero también algunas de ellas por sus trabajos o estilo de vidas tienen que estar preparadas para todo.
Los bolsos son muy simpáticos, son un cuarto privado, cuentan una historia, los hay malmatados que han recorrido el mundo con su dueña, los hay impolutos que muestran la buena vida, al final son como los zapatos, ellos también dicen mucho de nosotras.
LO QUE VA POR DENTRO
- Cepillo o peine
- Cosméticos
- Desodorante
- Toalla pequeña
- Toallitas húmedas
- Crema
- Cosmetiquera
- Cepillo de diente
- Pasta de diente
- Hilo dental
- Condones
- Toalla sanitaria
- Accesorios para el pelo
- Body splash (perfume)
- Bloqueador solar
- Celular uno o dos, más sus cargadores
- Audífonos
- Cámara de foto (poco frecuente)
- USB (comúnmente)
- Tabletas (poco frecuente)
- Libreta
- Lapiceros
- Biblia
- Libro de idiomas
- Perforadora mini
- Engrapadora mini
- Tape mini
- Guantes de frío
- Gorro
- Chinelas o zapatos de vestir
- Comida como maní, rosquillas o hasta manzanas, bolsas de te, chicles, tic-tac
- Botella de agua
- Mini farmacia, analgésicos, digestivos o jarabes de los niños
- Aceite chino
- Spray desinfectante
- Spray neutralizador de olores
- Llaves, pocas o muchas
- Billetera
- Chequera
- Anteojos oscuros y de ver
- Navaja Swiss Armi
- Sombrilla o capote
- Bolsas para el súper
- Foquito
- Abanico
- Basura de facturas o envoltorios de galletas
CAPITAN CAVERNICOLA
Me encanta la pregunta, del porqué andamos tanto peso y necesitamos tantas cosas por el talvez lo necesite. Será seguridad? o la idea que socialmente somos las mujeres las que «cargamos» con todo para el cuido o por alguna eventualidad del otro o los hijos? O por que tenemos que andar perfectas e impecables? Me ha gustado tu tema, porque mi cartera siempre ha sido super pesada (lleva de todo) y no puedo salir sin andar con cosas. Me gusta tu reflexión sobre un tema tan simple y cotidiano como es una cartera, mochila o cartapacio. Recuerdo a mi abuelita, que siempre llevaba cartera y si se la querias cargar para hacerle la vida y la caminada más tranquila, te decía: no, no me la quites, la necesito para equilibrio, me balancea….jjajaaa…. aparte de poder ser una cuestión de salud pública, puede ser sociologica, psicologica. Lo digo porque hombres tambien andan bolsos y cargan un montón de cosas…. será una necesidad de ambos, mujeres y hombres, de proveer o que no falte nada?
Sí, es increíble todo lo que le cabe a un bolso. Ahora que casi no uso se siente más cómodo y práctico. Me estorba. Las situaciones de cada una son diferentes y así son las necesidades.
buenísimo, pero falto las botellitas de ron, whisky, brandy o vino; que he visto en muchos bolsos, así como las llamadas «petacas», donde se pone licor dentro, son unas botellitas aplanadas y pequeñas; también revolver….
Muy interesante Johanna! Lo cierto es que a mí me encantan los bolsos, las carteras, las carteritas…en fin algo para andar colgado que me sirva para echar lo que para mí es «necesario», aunque al final del día no haya usado algo. Motivos?
pueden ser diversos según las necesidades de cada persona. Me encantó Mariux!!
Es una herramienta útil de la mujer, prefiero los bolso con organizadores, así se donde está cada cosa, como dice MX, es una extensión de nuestra personalidad….en lo personal me vuelve menos dependiente, un bolso lleno de necesidades», me resuelve, en las emergencias ahí está funcionando con exactitud….