Por María Xavier Gutiérrez
El 12 de julio pasado cumplí 40 años. Algunas de mis amigas había llegado antes que yo y lo celebraron en grande. Yo me había planeado una fiesta hermosa pero al final no pude. Estábamos construyendo en casa una ampliación grande, ruidosa y polvosa que nos tenía las billeteras vacías así es que aborté la idea meses antes.
Desde mis 38 años sentí cosquillas nerviosas al pensar en los 40 y hoy puedo asegurar que ese día fue el peor de mi 2011. Tuve gastritis, colitis, agotamiento y mal humor, lo peor es que debía poner buena cara para atender las cariñosas felicitaciones de las personas que me llamaron. Creo que el shock es porque hice una revisión de metas incumplidas, sentí que me quedaban los años contados, sentí que el espejo reflejó a una mujer cuarentona -que no tiene nada de malo- pero yo me resistía a ello.
Una amiga -la Cris-, me había dicho que sus 40 eran las mejor etapa de su vida. Hoy, 8 meses después de mi cuarentaso estoy deacuerdo con ella. Comencé por aceptar que no hay vuelta atrás. Tuve que ejercitar mi visión introspectiva sobre las cosas buenas que la vida me ha regalado, en ello caben logros personales, salud, mis bellos hijos, mi esposo, tener a mis padres, hermanos, un hermoso patio y sobre todo, cuento con vida para retomar y enmendar deudas pendientes conmigo y con otros.
Tuve que atender mi cuerpo, visité a una doctora nutricionista que me recetó flores de bach, vitaminas naturales para el stress, probióticos para la digestión, 21 sesiones de acupuntura seguidas, me recomendó eliminar el café porque dijo que la cafeína me robaba las gotas de energía que tenía mi cuerpo y que por eso yo luego sentía que me redoblaba el cansancio. Me pasé a Té Verde y me ha encantado.
También fui donde un médico internista, me dijo que consideraba que estaba pasando por una depresión – eso fue un golepa abdominal para mi- me tomó un mes aceptar su diagnóstico. Supe que yo tenía un gran prejuicio con ese tema, me sentía inmune a ello. Me dijo mi esposo: y qué? si tenes eso, hay medicinas y tomátelas! humildemente comencé a tomar las pastillitas, una dosis baja por suerte y en poco tiempo me las termino.
También tuve que atender mi alma, ahora soy alguien espirutaul, he tenido que revisar porqué razón me golpeaban tanto mis metas incumplidas, examiné porqué me había desgastado tanto físicamente, qué me agotaba? Entre las respuestas que hallé descubrí que necesitaba acercarme más a la espiritualidad.
De esta experiencia de vida he aprendido y he hecho unas resoluciones prácticas, por ejemplo, nunca olvidarme de mi misma, hacerle caso a mis instintos, escuchar a mi cuerpo con cariño, mis proyectos deben ser primero, afuera el stress y las actividades que me agoten, descansar es bueno así como hacer mi yoga que tanto amo y que me ha sacado adelante.
Es bueno ser yo misma, es bueno gustarme como soy, aunque no me agraden los ángulos de mis fotos, ahora ya no me importa aparentar 40 años en ellas.
Otras resoluciones que hice es tratar a la gente de vos -tu en otros países-, andar vestida cómoda, en ese sentido me corté el pelo para que fuese más fácil manejarlo y sobre todo dedicarme momentos que me proporcionen felicidad como hacer yoga, cantar en mi coro y escribir en este nuevo blog.
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