Sororidad

Por María Xavier Gutiérrez / Febrero 10, 2018

tengo mi voz y la uso, tenes tu voz, úsala

Vengo de un desayuno con unas amigas y me reí tanto que no necesité más cafeína el resto del día.  Si nos reuniéramos a diario de seguro viviríamos cien años. Estoy agradecida de tener a este grupo de Diosas a mi lado, sobre todo porque cada una me inspira, me anima, me hace reír y además cada una es una escuela de experiencias humanas vividas en positivo, platicamos de mucho, incluso de lo que significa la solidaridad femenina porque hace pocos días ocurrió en las redes sociales de mi país el cyber-linchamiento de otra mujer.

Este patrón es frecuente, han linchado a una chica que se declaró atea, a la chica que denunció una violación, a la ex miss que empezó una nueva relación, a la madre con una demanda legal por la tutela de su hijo y ahora a la muchacha que se disgustó porque un hombre le dijo un adiós que sonó a acoso (no hay vídeo del momento del «adiós» pero decidí cree en ella). Es curioso pero no recuerdo a ningún hombre linchado por la opinión pública, solamente a uno que transportaba marihuana pero corrió con la suerte de caer en gracia y hasta hacerse «modelo» de una marca de ropa local. Algo suena desigual.

Las redes sociales son muy dulcitas cuando lo que publicamos es la foto del nuevo corte de pelo o de nuestra vacación en la playa, pero son un monstruo de siete cabezas con garras, que tira fuego y tiene mal aliento, cuando exponemos un criterio que amenaza las concepciones de la mayoría, sobre todo si es una ELLA quien enturbia la armonía.

En cada cyber- linchamiento, el equipo que ataca compuesto por muchas mujeres y muchos hombres, coincide en uno o dos argumentos en contra de la mujer en la palestra, estos argumentos son repetidos como una consigna que al unísono son aplastantes. Desde mi lectura se centran es aspectos superficiales, de forma, pero no trascienden al aspecto de fondo, no valoran la «emoción» involucrada de la mujer y si lo hacen es para calificarla de lunática, neurótica, desquiciada y femiNAZI (1), este último fue dirigido a mi por estar con la defensa. Por otro lado, pareciera que las personas están azuzadas y listas para saltar con ira, tirar desconfianza, burla y sarcasmo por doquier.

Esos argumentos básicamente condenan y en el proceso impiden que la mayoría vea lo que hay detrás del linchamiento, ¿Por qué se sobresalta la masa? ¿Por qué les disgusta lo que dice la mujer? ¿Por qué la mujer hace o dice eso? ¿Qué oportunidad se abre con este evento que contribuya a mejorar mi comunidad?

mimetismo social 

El mimetismo social es un condicionamiento de nuestro cerebro para adaptarnos al grupo y sobrevivir -sin desentonar-.  En mi caso, desde que tengo este blog he aprendido a asumir mis opiniones con coraza y cara de poker, se que muchas veces no son del agrado de los lectores pero tampoco pretenden ser. Cuando puedo intento romper con el mimetismo social y pensar distinto.

se paga alto por ser una libre pensadora

En ese sentido considero que cuando una mujer asume en redes sociales una opinión como ser atea, está siendo sumamente valiente. Cuando nos sentamos a escribir nuestro pensamiento ya sea en un post, un vídeo o en  un libro, abrimos un espacio importante de nuestra visión del mundo a la opinión pública y queriendo o no, estamos agregando sazón al caldo de creencias populares.  Por eso muchas fueron quemadas en la inquisición, a la ambientalista hondureña Berta Cáceres la asesinaron y Malala Yousafzai recibió un balazo en su cabeza a los 10 años de edad por desafiar a los Talibanes y asistir a la escuela a aprender.

 en los linchamientos cibernéticos leo a muchas mujeres desacreditando a mujeres 

SORORIDAD: Del latín «Soror» que significa hermana. Sororidad es hermandad entre mujeres. Es un término que conceptualiza la necesidad de la creación de vínculos y alianzas naturales entre las mujeres con el fin de eliminar las opresiones sociales que las afectan como, por ejemplo, el machismo. (https://www.significados.com/sororidad/)

¡wow es un mega concepto!

En medio de las largas discusiones que asistí en las redes sociales sobre este último linchamiento apelé a la solidaridad femenina, a algunas nos brota pero en otras es escasa. Mi propósito con esta publicación es que reflexionemos sobre cuánto apoyo doy a las otras hermanas, a las de mi familia, a mis amigas, a las de mi oficina, a la señora del servicio público y si se puede a la candidata política. Tengo la impresión que mientras los hombres se protegen entre sí, nosotras no tanto.

Entiendo que nuestras ideas no se sintonicen con las de otra mujer, pensar lo contrario sería insano, sin embargo, en medio de las diferencias podemos ejercer la solidaridad de género, la sororidad. En el mapa de mi cabeza como en el de todas, tenemos claro nuestra cosmo-visión, cierto que a veces soy radical, sin embargo siempre he admirado a mujeres en política aunque estén en la acera opuesta, las admiro porque para llegar a ese puesto deben haber aguantado codazos y patadas de muchos hombres.

Aunque no veo a los hombres como enemigos, sino como complemento, estoy clara que el mundo está diseñado por ellos, desde la religión, la espiritualidad y el yoga hasta las políticas de salud y la arquitectura. Me da escalofríos pero los argumentos que dominan los criterios de vida también fueron hechos por hombres. (Me gustaría meter esto que acabo de escribir en un huracán para sacudirlo).

canta la canción Corazones Rojos de los Prisioneros: «Dios también es hombre»  

Pero aunque sintamos que estamos capturadas en una red, sin visibilidad, con el pelo por aquí y la pierna por allá, hay solución, hay esperanza, recordemos que hoy estamos mejor que hace 100 y 300 años. Sugiero ver mas allá de las formas, ver detrás de los argumentos, para empezar preguntarnos ¿A quién favorecen esos argumentos?.

En segundo lugar sugiero practicar la empatía por ellas, las otras, por nosotras, la práctica hace que un día la empatía sea natural en uno. Vamos a pensar ¿Qué haría yo en su lugar? ¿He pasado por una situación similar? ¿Si soy yo la que está en crisis, qué apoyo quisiera recibir de otra mujer?

He redactado una corta lista de diez acciones que podemos hacer a nivel personal para practicar la solidaridad femenina…. y si al menos una mujer se motiva con mi escrito habré cumplido mi misión. 

 10 acciones para incorporar 

sororidad en mi vida 

  1. ELEVAR EL AUTOESTIMA DE LAS AMIGAS. Ser súper amorosas con las otras mujeres, especialmente con las cercanas, decirles que se ven bonitas, que son inteligentes, transmitirles coraje y poder, decirles que siempre pueden lograr sus propósitos.  ¡Se fan de tus amigas! Nunca escatimes un piropo.
  2. SER DISCRETA. No opinar mal de otra mujer. Menos si no la conocemos y mucho menos si es alguien que apreciamos o conocemos desde hace tiempo. Si coincido en pensamiento con la razón por la que una mujer está siendo linchada en redes sociales puedo ayudarle a la distancia no opinando más sobre el tema y no compartiendo los memes de burla
  3. USAR LENGUAJE DE INCLUSIÓN. Eliminar de nuestro lenguaje las expresiones que ponen en duda o se burlan de las capacidades de otras mujeres como por ejemplo: las mujeres son dejadas, conducen pésimo. Incluir expresiones que empoderen: sos capaz, podes hacerlo.  
  4. DEFENDER. Cuando presenciemos un maltrato hacia una hermana, pequeño o grande, acoso o agresión física, si podemos y si no nos ponemos en peligro, les animo a intervenir, a veces basta con que digamos algo como «Hey, déjala en paz». También podemos respaldar públicamente las ideas de otras hermanas ya sea en el seno grupal o en el ámbito noticioso.
  5. INFORMAR. Informarnos sobre qué instituciones brindan apoyo en caso de acoso o agresión y poder compartir esos datos.
  6. EMPODERAR. Siempre que podamos demos la oportunidad a niñas, jóvenes o adultas para que asuman puestos de trabajo o cargos de liderazgo y de toma de decisiones. Las mujeres podemos abrir espacios a otras mujeres.
  7. CONSUMIR LO NUESTRO. Fomentemos el consumo de productos de manufactura femenina, ya sean libros o bienes de servicio, así nos inspiramos unas a otras y nos damos cuenta que está bien exponernos a proyectos intelectuales o de emprendimiento.
  8. HEREDAR. Hablemos con nuestras hijas y sobrinas sobre la sororidad, para que la practiquen con sus amigas desde pequeñas. Aunque la mejor escuela que les podemos dar es el ejemplo. También hablemos con nuestros hijos varones para que crezcan con una visión inclusiva y de respeto hacia nosotras.
  9. DESPEJAR. Limpiemos la maleza de criterios patriarcales que ensucian el camino de las nuevas generaciones, empoderándonos a nosotras y a las demás.
  10. COMPROMETER. Asumir el compromiso personal de brindar apoyo a las hermanas practicando los nueve pasos anteriores.

GLOSARIO: (1) FEMINAZI: mujer nazi, es un término despectivo que usan los detractores de las feministas para apodarlas.

Porque las amigas son importantes

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4 comentarios sobre “Sororidad

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  1. Mary, tus reflexiones son eminentemente importantes, haz llegado al meollo del asunto como género, te felicito, voy a publicarla en mi página para que mis amistades puedan leerlo, creo que es de mucha importancia y de interés social porque nos haz aclarado muchos aspectos de nuestra vida, fe felicito

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