Últimamente me pregunto sobre eso de pertenecer con apego o no a las tradiciones de Nicaragua, porque desde el exilio surge el impulso de celebrar con mayor devoción la Purísima y otros ritos...
SOMOS, el agua del alma
Todas, todos, tenemos algo que contar, y un para qué contar. Algunas sentimos la impronta de hacerlo sin que nos importe el para qué, no queremos morir atoradas con palabras
Andar en mis zapatos…
Como casi todos los sábados por la mañana fui por mi café a la feria comunitaria en San José. El “mae” que lo vende es un gringo alto, con la cara algo desorbitada. Vive en Costa Rica por amor al trópico. Ya me conoce y me contó que había ido a mi país y que era precioso: “Anduve en las Isletas, el volcán Masaya y en… ¡pero si vos no podes ir!”, me dijo...
Cuando no alcanzo en mi cama
Aunque el nido vacío deja estelas de nostalgia, también nos deja la agenda desocupada y todas esas horas colmadas del tiempo de ellos ahora son mías. Me regresa la vibración de esa primera independencia.
Quince meses… Relato de una exiliada
Ahora se que soy más fuerte de lo que imaginé, igual que vos, y esa fuerza también radica en ser vulnerable, en reconocerme sensible. Un día simplemente dejé de llorar y empecé a abrazar el cambio...
LO PRECIOSO
La noche de la mañana en la que me tiré en el sofá, al llegar Fran después de su agenda de ocupaciones se puso a cocinar, quizá ya les conté –no lo recuerdo–, que a él no le da pereza ir al supermercado bajo lluvia y con frío, con tal de hacernos algo rico...
Belleza
Al día siguiente cuando me desperté sentí hondas ganas de decirle al mundo que yo también soy de Nicaragua, entonces hice algo que jamas había hecho durante mi exilio
NO ME OLVIDES
La rueda de la vida me acercó a ellos de forma insospechada y me reveló una sorpresa dentro del bolsón de mi memoria.
Limonada
¿Exilio? Ahora si, hemos sido formalmente notificados, ya somos exiliados.
Cómo dejarlo atrás
Hace un rato que visité mi ciudad sentí ese olor a monte quemado que rellena todo el aire, por kilómetros a la redonda. Ese olor es tan Managua y es tan propio de Nicaragua que cuando lo aspiré me dije "ajá, ya llegué a donde pertenezco".
