Hecho a mano

... al momento que cerrábamos la última clase online, y mientras brindábamos con jugos, cervezas, mimosas y kombucha, recibí noticias de mi hijo Diego: había salido bien de la cirugía de su mano derecha

La invasión de las hormigas

Cuento de Arquímedes González de su libro: En abril yo seguía viva / Ilustración de María Xavier, Mujer Urbana / 25 de Abril, 2025 La semana pasada estábamos en el patio comiendo hígado encebollado con arroz y plátano, cuando de pronto tu papi dejó su plato en el suelo, se levantó, se me acercó y... Leer más →

Mi pareja

La primera vez que me fijé en F. fue en el colegio cuando teníamos dieciocho años, era 1989. Él vestía de soldado porque hacía el servicio militar y andaba de visita en el horario de recreo. Alto y delgado, estaba apoyado con su antebrazo en el marco de una puerta.

Un Viaje de Ida

No recuerdo el día que nos dijeron “volvemos”. Sí tengo presente la emoción de mi madre, la ropa nueva que nos habían comprado y el cierto miedo en los aeropuertos. En 1984 iba a conocer a los abuelos.

Nicaragua y Costa Rica: tan cerca y tan lejos

Mientras esperábamos en Houston a abordar el avión de regreso a San José, escuchamos tres conversaciones de distintos viajeros que estaban entusiasmados de ir a Costa Rica de vacaciones. Sonaban algo eufóricos y, para ser más precisa, hablaban como si iban al país de la fantasía, a un paraíso… Y es que en realidad este país tiene lo suyo, tanto así que el cantante Shawn Mendes va con frecuencia a playa Nosara en Guanacaste; y una amiga de mi hija se lo ha encontrado tres veces caminando sobre la costa… y claro que sí, la Sabi se hizo fotos con él.

SOMOS, el agua del alma

Todas, todos, tenemos algo que contar, y un para qué contar. Algunas sentimos la impronta de hacerlo sin que nos importe el para qué, no queremos morir atoradas con palabras

LO PRECIOSO

La noche de la mañana en la que me tiré en el sofá, al llegar Fran después de su agenda de ocupaciones se puso a cocinar, quizá ya les conté –no lo recuerdo–, que a él no le da pereza ir al supermercado bajo lluvia y con frío, con tal de hacernos algo rico...

Cómo dejarlo atrás

Hace un rato que visité mi ciudad sentí ese olor a monte quemado que rellena todo el aire, por kilómetros a la redonda. Ese olor es tan Managua y es tan propio de Nicaragua que cuando lo aspiré me dije "ajá, ya llegué a donde pertenezco".

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