Como casi todos los sábados por la mañana fui por mi café a la feria comunitaria en San José. El “mae” que lo vende es un gringo alto, con la cara algo desorbitada. Vive en Costa Rica por amor al trópico. Ya me conoce y me contó que había ido a mi país y que era precioso: “Anduve en las Isletas, el volcán Masaya y en… ¡pero si vos no podes ir!”, me dijo...
